
La tarea del asesor de imagen consiste en ayudar al cliente a potenciar al máximo su imagen, para que se sienta bien y seguro de sí mismo.
Los clientes suelen acudir a un asesor de imagen cuando quieren ayuda o consejo sobre su imagen. Por ejemplo, es posible que deseen crear una buena impresión con el fin de conseguir un nuevo trabajo o ganar un ascenso, quizás acuden al consultor antes de casarse o porque quieren encontrar una nueva pareja, cuando han perdido peso y no saben qué ropa usar o para acudir a algún acto solemne.
El asesor de imagen analiza la imagen del cliente para ayudarle a encontrar las mejores opciones en cuanto a su ropa, peinado, maquillaje y outfit.
Se realiza un estudio según sus rasgos, morfología, tono de piel, color de ojos, cabello y su identidad. No se aconsejará al cliente para que se vista de acuerdo con las últimas tendencias, sino mostrarle qué tipo de ropa y estilo le favorece más en función de su altura, constitución y la edad, por ejemplo.
Los clientes provienen de distintos entornos, y cada vez hay más personas que solicitan los servicios de un asesor de imagen.